Thursday, April 27, 2006

Quién espera que te comportes cómo...

Había una vez la crisis existencial más prolongada de mi re-putísima y hermosa vida. Entrando a la calle (porque muy pocas veces siento salir), sospecho que haberme llevado el discman con una buena carga de mp3 fue tanto la mejor como la peor decisión que podría haber tomado. Después boom, splash, pum, y claro que plop. Miles de ideas desparramadas encima del tablero del juego, filtrando entre las hojas del libro. Sonaba coffee and tv, y no escuchaba un sólo sonido de la siempredemasiadopoblada calle Florida. Mientras, el ataque de múltiples nombres, sustantivos, verbos y adjetivos. Ah, sobre todo los adjetivos. Sobre todoS los adjetivos.
Y no sé. No sé acá, no sé allá, no sé ésto, lo otro, lo mío, lo de él, ellos, siempre, nunca, algo, nada, contradicción-es.
Encima Jaime. No, encima no; adentro, taladrándome la médula. ¿Quién soy? Lo estoy averiguando. Que no me quede quieto mientras crezco. Inquieta, sí. ¿Crezco? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Soy? ¿Quiero? ¿Tengo? ¿Cae? ¿Duele? ¿Hago? ¿Cambio? (Y fuera). Te quedaste libre. ¿Soy libre? Soñá. Ya ni me acuerdo. Sueño y se mezcla. Todo tiene un poco de real. Y no quiero así. La realidad no existe, es más fácil. ¿Cómo?
¿Me quiere o no me quiere? Me quiero, no me quiero. ¿Me quiere mucho, poquito, o nada? ¿Cómo es querer nada? No se quiere nada de algo. Lejos, mejor lejos. ¿Me usa o no me usa? Usame un poquito más.
Salta la pista que estaba escuchando, y de nuevo la vida, no-vida.